- me enseñaste que el amor duele
Quizá
nuestras viejas heridas nos enseñen algo. Nos recuerdan dónde hemos
estado, y qué hemos superado. Nos enseñan lecciones de qué evitar en el
futuro. Eso es lo que nos gusta pensar. Pero así no es como es, ¿verdad?
Algunas cosas tenemos que aprenderlas una, otra, y otra vez.
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