• me enseñaste que el amor duele

martes, 17 de abril de 2012

Tú, capaz de hacerme sonreír de la manera más fácil y sigilosa. Eres ese endriago sagrado que permitió un cambio lleno de exaltación en mi vida, una aventura y el renacimiento de un verdadero afecto. Un amor de mentes, no solo de cuerpos, lleno de conexión, energías, pasión, y fervor. Eres la compañía perfecta para pasar los segundos, acariciando nuestras manos las cuales muy sujetadas se encuentran.
Yo, dejándote dirigir esas curvas y trazos que contienen nuestros pasos, que poco a poco forman un camino, una vía, un destino.Ambos, aferrándonos a nuestras almas, dejando grandes huellas marcadas en nuestros corazones, haciendo una balanza desnivelada de lo que podría ser la realidad o un simple sueño.

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