Tú, capaz de hacerme sonreír de la manera más fácil y sigilosa. Eres
ese endriago sagrado que permitió un cambio lleno de exaltación en mi
vida, una aventura y el renacimiento de un verdadero afecto. Un amor de
mentes, no solo de cuerpos, lleno de conexión, energías, pasión, y
fervor. Eres la compañía perfecta para pasar los segundos, acariciando
nuestras manos las cuales muy sujetadas se encuentran.
Yo, dejándote dirigir esas curvas y trazos que contienen nuestros pasos, que poco a poco forman un camino, una vía, un destino.Ambos, aferrándonos a nuestras almas, dejando grandes huellas
marcadas en nuestros corazones, haciendo una balanza desnivelada de lo
que podría ser la realidad o un simple sueño.
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