Le miré y me parecía el chico mas perfecto del mundo, y ahí me dí cuenta que no importan las peleas ni los malos momentos, me doy cuenta que el amor gana a la guerra, y que no vale la pena perder el tiempo pensando en terceras personas, que solo importamos él y yo, que nuestro amor es inmensamente perfecto como para desgastarlo por malas rachas.
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